En la provincia de Pacasmayo, Región La Libertad, se ubica el distrito de Guadalupe, exactamente a 692 kilómetros de la ciudad de Lima. Fue fundada el 15 de abril de 1550 por el capitán español Francisco Pérez Lezcano, quien recibió de manos del conquistador español Francisco Pizarro el encargo de colonizar a este bello feudo ubicado en el valle del río Jequetepeque.
Allí, bajo el patrocinio de la Virgen de Guadalupe, cuya imagen se aprecia a lo lejos enclavada en la cima de un cerro, en una tierra de bellas mujeres y hombres dedicados a la faena agrícola, se produjo la evolución del caballo peruano de paso, que ahora asombra al mundo por su estampa, belleza y garbo.
Precisamente fue don José Bernardo Goyburu, prócer guadalupano de esta raza caballar, quien dio a conocer en países como Ecuador y Panamá la nobleza y prestancia del caballo peruano de paso. Eran exhibiciones de gran brillo en donde se lucían chalanes peruanos de rancia estirpe guadalupana como Pedro Aranda, Juan Soltero y Francisco Reaño.
De ahí también que se hiciera famosa la Feria de Guadalupe, algunos años antes que se realizaran los certámenes oficiales organizados por la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios de Caballos Peruanos de Paso, presidida por don Federico de la Torre Ugarte. La feria era donde se concentraba la venta y exhibición de los finos animales nacidos en Guadalupe.
Los más entendidos criadores y apasionados aficionados se daban cita en la feria para intercambiar opiniones y comentarios respecto a la crianza, desarrollo y adiestramiento de esta fina raza de caballos peruanos admirados en todo el mundo. Era considerada como todo un acontecimiento nacional que congregaba a los fieles cultores de esta disciplina convertida en arte.
Ahora que el caballo peruano de paso ha recobrado su importancia y valor como patrimonio cultural e histórico de la nación, es tiempo de evocar y rendir un sincero homenaje a los lugares del Perú en donde su crianza es más que un culto y una tradición; es parte de la vida misma en donde existe un largo camino todavía por recorrer.
Andrés Sánchez Alayo
Andrés Sánchez Alayo
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