Ubicada en el distrito de Cieneguilla, a menos de una hora en auto desde la ciudad de Lima, encontramos uno de los emporios más importantes en la crianza del caballo peruano de paso. Su propietario es don Salvador Gutiérrez, actual presidente de la Asociación Nacional de Criadores y Propietarios del Caballo Peruano de Paso.
En este apacible lugar, ideal para la crianza y formación del caballo peruano de paso y donde existen alrededor de 20 criaderos similares, se logra dar forma, estilo y elegancia a los más bellos ejemplares que después vemos desfilando armoniosamente en los concursos nacionales que se organizan a nivel nacional.
La historia de esta hacienda se remonta a una época en que los caballos eran utilizados para movilizar a los trabajadores a la largo de los campos de algodón y caña de azúcar. En ese ambiente rural, campestre y tranquilo, el caballo se convirtió en un elemento primordial como medio de transporte y faena.
Lamentablemente, la reforma agraria emprendida por el gobierno militar del general Juan Velasco Alvarado en 1969, truncó todo el trabajo que se desarrollaba en el campo dejando a los hacendados, chalanes y peones sin medio de vida y obligándolos a migrar a la ciudad para cumplir con trabajos que estaban fuera de su capacidad.
Fueron años en lo que el caballo peruano de paso perdió presencia en el ámbito nacional, descuidó su prestancia en los campos, más no su elegancia, linaje y su herencia de sangre formada en más de 400 años de vida en los campos peruanos.
Es así que en la Hacienda Huamaní, en pleno siglo XXI, se trabaja arduamente por mantener este legado histórico que nos hace sentirnos orgullosos del caballo peruano de paso. Una historia que tiene todavía largos capítulos por escribir. Una historia que nos apasiona y que nunca dejaremos de admirar.
Andrés Sánchez Alayo
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